Este procedimiento, consiste en la inyección de pequeñas cantidades de toxina botulínica, a través de una micro-aguja. Su indicación más frecuente es para atenuar la contracción de los músculos faciales responsables de las arrugas. Otras indicaciones son el tratamiento de la hiperhidrosis, bruxismo, espasmos musculares, espasticidad, entre otros.

La aplicación de frío suele ser suficiente para el manejo del dolor, sin necesidad de analgésicos. Los resultados se obtienen una semana después de las inyecciones, obteniendo un efecto por 6 a 9 meses. Las asimetrías faciales previas, difícilmente pueden ser corregidas y algunas pacientes requerirán un retoque mínimo, una semana después de la aplicación.

En raras ocasiones puede producirse depresión de una ceja y/o párpado, existiendo alternativas terapéuticas para revertir este efecto.

En el caso de la hiperhidrosis, las sesiones iniciales repetidas permiten tener un efecto más duradero.

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